"A veces he soñado que cuando llegue el Día del Juicio Final y los grandes conquistadores y abogados y estadistas vayan a recibir sus recompensas –sus coronas, sus laureles, sus nombres grabados indeleblemente en mármol imperecedero-, el Todopoderoso se volverá hacia san Pedro y le dirá, no sin cierta envidia, cuando nos vea llegar con nuestros libros bajo el brazo: "Mira, ésos no necesitan recompensa. No tenemos nada que darles. Han amado la lectura".
Cómo se debe leer un libro / El lector corriente II. Virginia Woolf.
Citado por Harold Bloom, en El canon occidental, Anagrama, 1995, página 453.
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