jueves, 27 de septiembre de 2007

2 poemas 2 de Pablo Antonio Cuadra

LA NOCHE ES UNA MUJER DESCONOCIDA

Preguntó la muchacha al forastero:
¿Por qué no pasas?
En mi hogar está encendido el fuego.

Contestó el peregrino:
Soy poeta, sólo deseo conocer la noche.

Ella, entonces, echó cenizas sobre el fuego
y aproximó en la sombra su voz al forastero:
-¡Tócame! -dijo-. ¡Conocerás la noche!

De El jaguar y la luna, 1958 -1959


ABUELO, EN LA NOCHE

Esta es la casa que he perdido
habito en ella en sueños
y no quisiera hablar de ella
después que todo ha sido consumado.
Mis hijos han edificado sus casas en Babilonia
y yo atravieso el desierto para pasar veladas con ellos
escuchando afuera, al borde de la puerta impotente
el ruidoso río de automóviles que filtra sus aguas turbias en el umbral.

Hablamos de esto y de lo otro en la apretada salita
como conspiradores bajo el sofocante
y ordenado itinerario de los relojes
porque todos trabajan, duramente,
invirtiendo su vida en el negocio de perderla
y llegan llenos de cifras como los carpinteros de virutas
fatigados de información. Entonces, si yo recuerdo
si fácilmente caigo en las viejas historias
si abro para ellos las puertas de la casa
abren los ojos y me reconfortan con su alegría
-piensan tal vez que es posible el retorno-
porque ellos vivieron, ellos nacieron
y se criaron en la casa que perdimos
en la vieja casa grande junto al río
donde yo vuelvo ahora
donde yo vuelvo siempre
apenas cae un poco de sueño en mis ojos vacíos.

De Esos rostros que asoman en la multitud, 1963 - 1967)
Pablo Antonio Cuadra

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