jueves, 22 de septiembre de 2011

Tres poemas tres de Esther Fleisacher

La partida de la abuela
Anoché escuché risas en otro idiom
risas estridentes chocaban
                contra botellas de vodka
una áspera hacha buscaba leña
                en una montaña cubierta de nieve.

El abuelo me visitó en sueños
y yo me pregunto si querrá decir algo:

¿Será que mi padre me necesita?
¿Será que habrá un nacimiento en la familia?
¿Será que la abuela, muerta hace pocos días,
                          no ha llegado a reunirse con él
                                                             y la llama?
O, por el contrario, la abuela ya llegó
y juntos recuerdan viejos tiempos.


Un poema de amor
Pensaba que las lenguas extranjeras
sólo servían para pelear.

Las discusiones en árabe
para que los niños no entendieran,
ásperos gritos se enredan en la garganta
interrogando el alma y la curiosidad:
¿cómo hacían los abuelos
para decirse palabras de amor
antes de aprender el español?

El cine me hizo saber
del amor en muchos idiomas
y de los besos sin palabras.


Signos antiguos
En el bus
la mirada insiste en un rostro,
en una mano cogida del tubo
o en una manga sisa.

No es belleza ni coquetería,
atrapado por formas:
las ojeras profundas,
las uñas desiguales
o la redondez del brazo.
No logro descifrar
si se trata de signos antiguos.

Tal vez la tía Esther (llevo su nombre)
enterrada en Egipto
quiere revelarme algo
y no encuentra la manera.
Hablamos lenguas diferentes.

          De Canciones en la mente, 2011

Esther FleisacherPalmira (Valle del Cauca), Colombia, 1959.
Reside en Medellín desde 1965.
Narradora, poeta, editora y psicoanalista. Entre sus obras: Las tres pasas (cuentos, 1999), Cable a tierra (poemas, inédito. Ganador en las Becas de Creación del Fondo Mixto para la Promoción de la Cultura de Medellín, 2000), La flor desfigurada (cuentos, 2007. Ganador de la VII Convocatoria Becas de Creación Municipio de Medellín) y La risa del sol (novela, 2011)

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