Rabo de paja
Doña Piedad Londoño de Chávez
Por: Esteban Carlos Mejía
Su raciocinio es mero realismo mágico. “Como yo, Piedad Córdoba, no creo en los computadores de Raúl Reyes, entonces los computadores de Raúl Reyes no existen.” Puro y simple pensamiento salvaje, como lo registró Claude Lévi-Strauss. Para ella, la realidad es prolongación o tentáculo o reflejo de su pensamiento, no al revés.
Hace unos años a un ministro del Interior le dio un embeleco parecido. “Como yo, Fernando Londoño Hoyos, creo que ya no hay ni una mata de coca en el Putumayo, entonces, por arte de birlibirloque, ya no hay ni una mata de coca en el Putumayo”. Incluso hizo un reto: “¡muéstrenme una, si son capaces!” ¿La realidad es reflejo del pensamiento o el pensamiento es reflejo de la realidad?
El coronel golpista no se queda atrás. “Como yo, Hugo Chávez Frías, creo que Venezuela es socialista, entonces Venezuela es socialista.”¿Esquizofrenia? ¿Idealismo? ¿Harry Potter a la criolla? ¿Disfunción epistemológica? ¿Exceso de fluoxetina?
Hasta ahora, sin embargo, el campeón es europeo. “Como yo, Frederich Blassel, de Radio Suisse Romande (RSS), creo que el rescate de Íngrid y compañía es un montaje, entonces el rescate de Íngrid y compañía es un montaje”. Onanismo cósmico, más bien: una patraña en la que se pusieron de acuerdo, entre otros, Íngrid, los 11 policías y militares, los 3 gringos, el presidente Uribe, el ministro Santos, los generales Padilla de León y Montoya, Yolanda Pulecio, Melanie y Lorenzo, Juan Carlos Lecompte, Luis Eladio Pérez, Sarkozy, Carla Bruni, George W. Bush, Fidel Castro, el alcalde de París, la CNN en español, la BBC de Londres, Cristina Kirchner, Michelle Bachelet, Lula, Benedicto XVI. Y, por supuesto, las Farc con sus comandantes César y Enrique Gafas y Alfonso Cano y las guerrilleritas que custodiaban el cocal como si estuvieran en una tomatera. Los montajes son como el cohecho: siempre se necesitan dos partes: cohechadores y cohechados, los que la montan y los que se la dejan montar.
Esta deformación cognoscitiva o ideológica parece contagiosa. Rafael Correa y Daniel Ortega y Evo Morales también piensan, contra toda evidencia, que la realidad es obra y gracia de sus mentes. Como tampoco creen en los computadores de Raúl Reyes, entonces los e-mails del Mono Jojoy y de Iván Márquez son ficción. Como creen que la guerrilla aún es insurgente, entonces las Farc son comunistas como Marx y Engels. Como no creen que el pueblo colombiano se opone al bandolerismo mamerto, entonces las marchas en contra de la guerrilla son una maniobra de la embajada del “Imperio”. Creen que de sus lucubraciones personales surge el mundo material, ni más ni menos. ¡Allá ellos!
Pero casi siempre los hechos de la vida son más tozudos que la fantasía o el deseo. Puede que Piedad Córdoba no crea o no quiera creer en los computadores de Raúl Reyes… pero que los hay, los hay.
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Rabito de paja.- A la izquierda colombiana, huérfana de autocrítica, le convendría deslindarse de las alucinaciones de estos compadres, incluida la comadre, y hacer, como se acostumbraba antes, “un análisis concreto de la realidad concreta”. Aunque duela y sepa a cacho.
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